Introducción

El ser humano, como se dice coloquialmente, está hecho de chicha y nabo, más coloquialmente diríamos que el ser humano es una mierdecilla, y esto hace que seamos propensos a coger enfermedades, comunes asiduamente y raras en algunos casos.

Por desgracia nuestra sociedad está ya más que acostumbrada a hablar de temas como el cáncer como si fuera el fútbol, lo vemos incluso como algo normal que está ahí. Sin embargo, no somos capaces de asociar que esta enfermedad, además de tener un sinfín de variantes, no se da solamente en adultos, también se da en niños, y de esta horrible realidad no somos conscientes hasta que le pasa a algún conocido de tu entorno, o incluso a ti mismo.

Mi realidad ha sido la segunda. Mi hija, que desde que nació ha estado "sana", que no enfermaba ni yendo a la guardería, fue diagnosticada a los 23 meses de edad de cáncer de hígado, hepatoblastoma (así lo llamaron los médicos), un tipo de cáncer, maligno, que se suele desarrollar en los cinco primeros años de vida de una persona, si aparece; putada de las gordas, si le tuviera yo que poner nombre. Tras el diagnóstico, mi hija, mi mujer y yo, nos vimos sumidos en una pesadilla, una triste realidad que debíamos afrontar.

El objetivo de este blog es el contar nuestra experiencia y compartirla con vosotros, amigos lectores, porque al final estamos hechos de experiencias, y viene bien saber que alguien ha pasado por lo mismo o por una situación similar a lo tuyo o de algún conocido, pero ante todo es importante decir que cada caso es un mundo, y que hay que ser positivos y luchar al máximo a cada momento para ganar la batalla.